SR ADOLFO CASTILLA CEBALLOS ( 1915-1997)
CRONICA DEL LIC. JOSE ALFREDO BANDALA ALMEYDA
Conocido en el gremio petrolero como "el
yuca".
Hoy quiero recordar a uno de los personajes más
populares en la época de los 70, 80 y 90's en Las Choapas, al popular Yuca.
El amigo Yuca llega a Las Choapas procedente de
Mérida, Yuc. En 1953 a invitación de su hermano mayor, el sr. Heradio Castilla,
quien había llegado unos años antes a nuestro pueblo.
Don Heradio fue papá de los Jackson, quienes aún
venden cochinita pibil dentro del mercado Hidalgo.
Los dos hermanos nacieron en Hunucmá, Yucatán.
El yuca tenía una carnicería en Mérida pero por
problemas financieros, decidió emigrar y aceptó la oferta de su hermano y es
así como llega soltero a Las Choapas. Al año de hacerse establecido , llegaron
una de sus mujeres con su hija, las cuales , al paso de los años retornaron a
Yucatán por la ruptura de esa relación.
El Yuca era de corazón muy contento con el sexo
opuesto y su delirio eran las mujeres, se le cuentan varias y fue hasta que
conoció a la sra Nicolasa López Rodríguez, oriunda de Villa Azueta, Ver. sentó cabeza y se casó por la iglesia con
ella. Procrearon 9 hijos ( Eugenio, Miguel Ángel (+), Guadalupe, Natividad,
María del Carmen, Adolfo ( Fito), Verónica, Jesús Heradio y José Nicolás
Castilla López).

Fue de su hermano , de quien aprendió el oficio de
los tacos de cochinita pibil. Fue difícil en un principio pues era un mundo muy
diferente al que el yuca vivía en su natal Yucatán, pero con su tenacidad y
gran necesidad de esforzó y logra independizarse de su hermano.
Poco a poco se fue relacionando con gente de la
localidad y un dia logra el permiso de vender sus productos debajo del mango en
la factoría de Pemex. A los petroleros les encantó el sazón decesos tacón con
receta yucateca, así como las tortas y sandwiches que vendía y vendió en ese
lugar por más de 30 años.
El yuca también tuvo la vendimia de golosinas y
refrescos por muchos años en el club
petrolero así como en el kiosco de la colonia petrolera.
La receta de la cochinita pibil la heredó de su
hermano Heradio pero con el tiempo, el yuca y su esposa Nicolasa le dieron el
toque que encantó a su clientela por años.
Era un ritual ver llegar al yuca de lunes a viernes
abajo del mango dentro de la factoría de Pemex , en punto de las 6.30 AM y
montar su puesto y sabía que a las 10 de la mañana eso iba a estar repleto
Porque era la hora del lunch. Cuando sus hijos fueron creciendo, le empezaron a
ayudar pues en verdad que vendía
demasiado. La mayoría de sus clientes no le pagaba al momento su consumo, en
ese momento aparecía la inseparable libreta donde les anotaba y en la catorcena
llegaban a pagarle. Nunca faltaba aquel mala paga y se podía ver a su hijo Fito
recorriendo toda la factoría con la libreta en mano para
"ajusticiarlos" y pagaran.
Cuántas y hojas de esas libretas se quedaron sin
ponerle la leyenda de PAGADO, muchos le quedaron a deber y las frases del yuca
eran: " ya pasarán a pagar", " no hay problema, son mis
compadres".
Cómo no recordar al yuca con esa humildad que le
caracterizó, con sus inseparables huaraches, su gorra, playera blanca y
normalmente bañado en sudor por las inclemencias del calor choapense. Así
despachaba y vacilaba a sus clientes que ese era el éxito del sabor de sus
tacos.
Miguel Angel(+), uno de sus hijos , a la edad de 7
años contrajo una enfermedad que nunca pudieron erradicar los médicos en
Mérida, que era donde lo atendían, tuvo que usar silla de ruedas porque esa
enfermedad le impidió caminar, siempre acompañaba a su papá en la factoría.
Falleció en el 2003.
El yuca, hombre trabajador que vendía en la
factoría de 7 AM a 2 pm y por las noches , a un costado de las canchas de
futbolito, tennis, softbol de la colonia petrolera. Se ganó el cariño de los
niños que vivían en esa colonia quienes por las mañanas se cruzaban de esa
unidad habitacional a la factoría para pedirle fiado las golosinas y refrescos
que vendía, se los daba y luego les cobraba a los papás, que eran los
ingenieros de El plan.
El éxito de los tacos de cochinita pibil y la
popularidad del yuca fueron tales que en su puesto desayunaban desde un obrero
hasta el superintendente de la zona. En más de una ocasión llegaron comitivas
con funcionarios de la paraestatal que venían de la ciudad de México a
desayunar ahí y en la época en que empezaron a entrar en funciones los
especiales de Pemex por tanto robo hormiga, al yuca le ofrecieron plazas
definitivas para alguno de sus hijos y lo único que les pidió es que los
especiales no le revisaran su camioneta a la salida de la factoría porque era
muy tardado y llevaba el tiempo medido para descargar y volver a cargar en su
casa para la venta de la noche en la colonia petrolera.
El yuca vió pasar como clientes a varias
generaciones de ingenieros en su puesto en la factoría, a muchos los trató muy
jóvenes, recién egresados de sus carreras, incluso, jugaban dominó ahí. Muchos
decesos jóvenes , al paso de los años, llegaron a tener altos puestos dentro de
Pemex ( superintendentes de distrito o subdirector de producción primaria) y cuando
les tocaba llegar en visita de trabajo a El Plan, era visita obligada ir a
saludar a su amigo el yuca.
Muchos de sus clientes, al checar que no le
revisaban su camioneta a la salida de la factoría, quisieron abusar de su
confianza y le pedían sacar herramienta que querían robarse, a lo que el yuca
jamás se prestó.
El yuca, hombre trabajador, carismático, agradable
y de fe, en sus inicios de taquero, tenía una moto marca Islo y en el año 1972,
se sacó la lotería nacional. Un millón de pesos fue el premio, demasiado dinero
para esos años. Muchos sueños, muchas ilusiones, muchos planes se le vinieron a
la mente al yuca y lo primero que hizo
fue comprarse esa conocida camioneta marca Ford color cremita y que luego la
pintó en color verde, se compró un rancho por el puente el 4 y 2 casas.
Cómo ya es sabido, se le aparecieron nuevos amigos,
parientes que nunca había conocido, lo quisieron hacer compadre y empezaron a
pedirle prestado. El yuca no sabía decir no y combinado con los nuevos amores
que le surgieron, al paso de unos pocos años, se vio en la necesidad de empezar
a vender sus propiedades.
Lo que nunca estuvo en riesgo fue el gran éxito de
su negocio por el delicioso sazón, lo
carismático y excelente atención a sus clientes.
Con todo afecto hago este homenaje póstumo a quien
tantas alegrías gastronómicas nos dió y tuvimos la oportunidad de comer esos
ricos tacos .
ATENTAMENTE
LIC. JOSE ALFREDO BANDALA ALMEYDA
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